Primeros pasos por Nueva Zelanda

Salimos de Christchurch a las 8:30 en dirección a los lagos Tepako y Pukaki. En esta zona los lagos son de un color turquesa espectacular, debido a unos sedimentos de su origen glaciar.

El paisaje es precioso, con los Alpes neozelandeses de fondo. Después de ver los lagos nos dirigimos al Monte Cook. Hace mucho viento, y el paisaje es una pasada, rodeados de altas montañas, y al fondo, donde está el monte Cook se divisan picos nevados. Aunque el día es soleado, la zona del monte Cook esta medio cubierta de nubarrones, así que no podemos ver el Cook enterito. Decidimos acercarnos al glaciar Tasman, que es una pequeña caminata hasta el inicio de éste. Lo cierto es que llegamos al inicio del glaciar, que es un lago grisaceo con bloques de hielo dentro, que a ver, bonito igual no es, pero no deja de sorprendernos. Por cierto, allí a parte de japos, encontramos dos catalanes! Estamos por todas partes, je je!

Hoy toca un poco de paliza de coche, queremos dormir en Oamaru, así que debemos darnos un poco de prisa. Despues de 570 Km llegamos sobre las 6 a Oamaru, y cogemos plaza en el camping. Allí compramos tickets para ir a ver a los pingüinos azules, ya que en esta ciudad hay una importante colonia protegida. La visita es a las 8, y nos dirigimos hacia el puerto, que es donde están. Ya allí podemos ver bastantes pingüinos, todos juntos, esperando o pasando el rato, no se!

Son realmente pequeños, una monada. La visita, lo cierto es que no merece mucho la pena, tampoco te dejan hacer fotos. De todas formas vemos bastantes, que salen de agua y se dirigen a sus nidos después de pasar el día en el mar en busca de alimento. A ver, todo hay que decir que el grupo con el que vamos es un poco escandaloso, y la guía se pasa todo el rato pidiendo silencio… Creo que los podríamos haber visto de más de cerca si la gente no fuese tan impresentable! Además, hacía realmente frío al estar tan cerca del mar. Al salir buscamos un sitio para cenar, pero aunque son las 9:30, parece que han cerrado ya las cocinas. En un bar nos dicen que aunque la cocina está cerrada, nos pueden hacer pizzas… y vaya pizzas… buenísimas… nos llevamos incluso unos trozos porque no podemos ni acabarnoslas. Así se acaba el día, estamos muertos de frío y de sueño, así que una ducha caliente y a dormir.