lunes, 13 de abril de 2009

Adios Rangiroa... y adios Polinesia...

Posteando Neus.
El vuelo a Tahití sale a las 12, pero nos levantamos pronto, ya estamos acostumbrados, así que después de hacer las maletas por enésima vez, decidimos ir a la granja de perlas, que aunque está cerrada, la tienda está abierta… tengo ganas de un capricho! El día anterior intentamos visitar la granja para ver como funcionaba, pero claro, era fiesta!
Al final me compro un precioso collar con dos perlas negras muy bonitas. Las perlas negras son exclusivas de la Polinesia, y la verdad es que tienen unos colores preciosos, y vemos algunas en la tienda que son espectaculares. Una perla tarda 4 años en formarse, pero no tienen por que ser perfecta… es decir, redonda y sin círculos o impefecciones. Podemos ver una perla que valía 7500 euros, con un diámetro de 17,5 mm, y un collar de perlas perfectas (categoría A) por 22000 euros. Mi capricho, lógicamente, queda lejos, pero es muy chulo! Quiero reforzar el cierre, que me conozco y soy capaz de perderlo, y me da algo!

Aqui estamos en la entrada de la pension
Y este es nuestro bungalow en Rangiroa, a 10 metros escasos de la playa
En fin, llegamos a Tahití y como nos recomiendan que alquilemos un coche, palla que vamos! Pero vaya clavada nos meten…Bueno, damos una vuelta a toda la isla, vemos un marae, que es una ruina antigua de la Polinesia, y los Tikis, unas figuras también típicas de la historia antigua de la Polinesia.

Vemos algún salto de agua, pero no todos los que queremos, porque ya al final cae un chaparrón considerable, así que nos dedicamos a conducir tranquilamente y a hacer alguna parada cerca de la costa, repleta de surfers que aprovechan las impresionantes olas que les brinda el día.



Después de una última cervecita en Papeete, en un bar restaurante con cerveza de elaboración propia, por cierto, muy rica, nos vamos hacia el aeropuerto. Se acaban nuestras aventuras en la Polinesia… y nuestras vacaciones. Esta noche toca avión (sale a las 22:00 y llega a LA a las 9:15), que día más largo y pesado, y encima con los ánimos cada vez más por los suelos, sniff…

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